Cuentito de Marcel Schwob, filósofo francés que murió a principios del siglo pasado, narra la lucha de la humanidad, representada por un único cazador de lobos, contra una edad de hielo, la ezperanza que mueve al espíritu humano y las relaciones que formamos con los animales.
Este cuento fue de las primeras cosas que recuerdo haber leído, nada mas que mi edición era mejor por que estaba ilustrada con unos dibujitos muy hermosos, recuerdo uno muy vívidamente en el que se veía a Odjigh de espaldas, con la cabeza volteada hacia el lobo que lo seguía, el fondo blanquísimo de la nieve y al frente el camino interminable con la muralla gigantesca al final. Tenía ropajes oscuros, un tanto andrajosos, a lo eskimal, y su hacha de jade verde.
Al ser de lo primero que leí, lo recuerdo con muchísimo cariño, definitivamente uno de mis cuentos favoritos. Tan solo tres páginas dura la ilusión.
Por cierto, gracias a la magnificencia de internet es que he podido conseguírmelo de nuevo, sin ilustraciones desafortunadamente.
Hooola Esteban! 😉
No había podido entrar al blog, pero que padre lo de este cuento. Lo voy a checar. El otro también está muy bueno, jajaja, lo leí mientras estaba en una fisioterapia y se me fué de volada el tiempo!