Este blog siempre se ha tratado de mis pasiones, o de menos temas que encuentro interesantes, y entonces no me explico como es que el Ron no ha hecho su triunfal aparición sino hasta apenas hace unas cuantas entradas, así que inauguro la mejor categoría de mi blog: Rones y demás.
Y he de advertirles que aquí no encontrarán las clásicas reseñas de bebidas que hay en sitios más sofisticados, con reglas estrictas, vasos únicos, aromas incomprensibles y por demás estirados a morir; después de todo, el ron es una bebida muy populachera, que debe tomarse siempre al mismo tiempo que se juega una partida de dominó, mentirosa o texas hold ’em.
Y empiezo con uno de los mejores rones que he probado, el ron 10 Cane.
Un ron en toda forma, aún estoy por encontrar uno que lo supere en cuanto a “mi idea” de lo que un ron debe ser. Fresco, suave, muy potente, con mucho sabor a caña, ideal para mojitos o cubalibre sin limón. Solo no tiene desperdicio, si bien guarda un cierto aroma alcohólico, no es demasiado (como en algunos cognacs por ejemplo) y resulta rico y pegador.
Todo al que se lo he ofrecido se ha mostrado sumamente sorprendido y casi no atinan a decir que sabe a caña, por que los demás rones saben a todo (maderas, chocolates, vainillas…) menos a caña.
Desafortunadamente es caro, alrededor de los $470MX, pero bien vale la pena una botella para alguna ocasión afortunada.
Los estirados dirán que es un desperdicio mezclar una buena bebida, pero este ron (de no ser por su precio) se presta mucho a una deliciosa bebida frutal en la playa.
De Trinidad, producido por el grupo Moët-Hennessy (curioso que unos franchutes le vengan a enseñar a los caribeños como hacer ron), presume de ser creado con pura caña de azúcar, y no con melazas como los demás rones. Afirmación lo más probable falsa, pero seguramente si tiene un contenido mayor de caña que la mayoría.
Definitivamente un ron memorable y divertido, no menos de 5 estrellas: