Strangest of All: War, Ice, Egg, Universe

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Empecé a leer una nueva antología de ciencia ficción, Strangest of All: Anthology of Astrobiological Science Fiction, editada por Julie Nováková, que iba a presentarse en la conferencia BEACON del Instituto Europeo de Astrobiología este año, pero por el COVID no se pudo, y decidieron sacarla de todos modos (descargable gratuitamente en el sitio).

Strangest of All: Anthology of Astrobiological Science Fiction

La primera historia, War, Ice, Egg, Universe, por G. David Nordley, author and consulting astronautical engineer, Hugo and Nebula nominee, terriblemente infantil, como si fuera de la época de oro de la CiFi (¡pero fue publicada en 2002!): aliens con comportamientos humanos, nombres de objetos y conceptos que hacen alusión a las diferencias morfológicas entre ellos y nosotros (thorax pouch, abdomen belt, sistema numérico base 8), en vez de diferencias un poquito más pensadas. O sea, ¿de qué sirve tener una especie alienígena en otro mundo, si va a reaccionar y pensar idéntico a nosotros? Sloppy writing.

La historia narra una guerra entre dos bandos (aparentemente de la misma especie) de “arañas” Europanas (de Europa, la luna de Júpiter), y el contacto con nosotros.

All these worlds are yours except Europa

Siempre ignorando al Monolito en Júpiter.

El caso es que pudo haber sido la historia de una guerra entre dos bandos humanos cualesquiera, en cualquier momento de nuestra historia, y hubiera sido lo mismo. No aporta nada a la ciencia ficción que incontables autores no hayan escrito ya.

Al final, ponen las notas del autor:

«Are these aliens “too human” in character of not in form? At some point, one has to admit that one is writing a story for human beings to read and about beings to whom they will be able to relate. But I think there is an argument for a certain universality in the underlying motivational programming of intelligent beings; we see much of ourselves in the behavior if life around us, even that white last common ancestor lived hundred of millions of years ago. One might expect to see reciprocity, hierarchies, collective agression, and even sacrifice for the sake of the greater gene pool. Such trails have survival value here and may have survival value elsewhere as well.»

Que demuestran lo que digo, que es una común y corriente historia humana sin más, que el autor fue incapaz de imaginar inteligencias realmente diferentes a las terrestres… Y es esto justamente lo que hizo a Stanislaw Lem el más grande escritor de ciencia ficción alienígena que haya existido; él sí que podía salirse de nuestras limitantes antropocéntricas y escribir historias sobre aliens incomprensibles (los aliens, no las historias). Sus extraterrestres son realmente de ramas de la vida distintas a la nuestra (y por nuestra me refiero a toda la de la Tierra), sus motivaciones ilegibles, la comunicación con ellos imposible e inalcanzable, inútil.

Me sacó una sonrisa adolescente por su inocencia y transparencia, me recordó a tantas novelas y cuentos cortos que leía de niño. Pero no pasa de ahí, simple e inocente, para niños. Mala ciencia ficción.

Una estrellita (a esta historia solamente, no a la antología completa) y eso nomás por la nostalgia.

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