Buffalo ’66 (1998)
Director:
Vincent Gallo (y escritor también)
Actores:
Vincent Gallo como el idiota de Billy Brown
Christina Ricci como la lela de Layla
Mickey Rourke – el apostador
Rosanna Arquette – la verdadera Wendy Balsam
Pues… parece que el tal Vincent Gallo se cree director. Y actor y escritor. Jamás he visto una película tan rebuscada, pero al mismo tiempo tan completamente imbécil. Los diálogos son de 5 minutos por frase, por que Vincent se la pasa repitiéndolos como retrasado mental.
El idiota este sale de la cárcel, como no podía ser diferente para la escoria como el, y rapta a una chica que se encuentra en una clase de ballet. Abusa verbalmente y físicamente de ella, y ¡la pobrecita resulta aún más dañada que el, pues le gusta el trato!
Visitan a sus padres (del retardado) y son la clásica familia americana de padre abusador y madre idiota, pasan escenas de la infancia de Vincent y fue tan traumática que le quemó todas las neuronas que tenía, que no eran muchas. Bueno, se supone que Billy Brown les ha mentido y trabaja en el gobierno, y les envía cartas a cada rato, y le exige a Layla/Wendy que se comporte como toda buena esposa de un animal machista.
Todo es una narración de abuso, idiotez y muy poca imaginación en los diálogos. Para más inri, el direcorcillo se cree de arte. Algunas escenas, absolutamente ridículas, como cuando su padre le canta una canción a Layla, o cuando esta baila tap en pleno boliche, cambian la iluminación y hacen parecer como una pésima imitación de películas viejas, con spotlight de color al centro.
La escena que más me gusto, es cuando nos enteramos por que el hijoputa fue encarcelado: aposto 10K a Buffalo (¡qué imaginación de Vincent!… nació ahí, la película se llama así…) y el apostador, interpretado por Mickey Rourke, lo tiene sentado enfrente como niño regañado, y le dice que o asume responsabilidad de un crimen que el no cometió, o cosas muy malas le pasarán a el y su apestada familia.
Wendy Balsam, el nombre ficticio que le hace tomar a la raptada, se los encuentra en un café, Denny’s, y con su prometido se burlan a más no poder de Billy (incluso el nombre es el estereotipo gringo del niño lelo), que la idolatraba desde 3ro, y de que sea tan patético de nombrar a su “novia” igual.
Cada figura de autoridad que se encuentra en su triste vida, el apostador, el hotelero, el novio de Wendy, son vistos por Billy como dioses todopoderosos, lo cual demuestra que está traumado y solo puede agredir a los más débiles que el.
Pues acaban en el motel, ya era de esperarse, y los traumas de Brown son aún más evidentes que su retraso mental, otra escenita “artística”, la bañera, y el como niño chiquito subnormal sin moverse.
Y el final, dos por que esto es culto, en uno Billy va a buscar a Woods, que era el que le recomendaba por quien apostar, a su club de strippers, lo mata de un balazo y se suicida. Sus padres están en su tumba, su madre azotando su mano como la loca que es y su padre diciendo que tiene hambre. Se van a comer.
El otro, el final feliz, se arrepiente, regresa por “su chica” y viven felices por siempre.
Ganó premios en todos lados, pues los “críticos de cine” consideran estas tonterías arte.
En fin, una reverenda porquería de película.
Y esa única estrella es por que Christina Ricci sale muy sexy toda la cinta, es lo único que vale la pena de verdad.