Elijah Baley y R. Giskard Reventlov.
The Robots of Dawn, por Isaac Asimov es la tercera entrega de las novelas de robots de Asimov, continúa con Bóvedas de Acero y El Sol Desnudo y da pie a las novelas de la fundación.
Ahora Elijah Baley se ocupa de realizar malabarismos mentales aún mas complicados que en aquellas.
Resulta que se ha cometido un roboticidio en el planeta Aurora, del cual son nativos el Dr. Han Fastolfe y R. Daneel Olivaw a quienes ya conocemos, y en el cual vive Gladia, la solariana de El Sol Desnudo.
El robot desactivado es nada menos que R. Jander Panell, un humaniforme como Daneel, y todo apunta a que Fastolfe (el mas grande roboticista del universo) quién es su dueño, fue quien llevo a cabo el crimen.
Pero el lo niega, y entonces mandan a traer al pobrecito de Baley desde la Tierra a que haga lo suyo. Y vaya que lo hace, hace enojar a Vasilia Aliena, hija de Fastolfe (líder del partido humanista, que desea que los mundos espaciales y la Tierra conquisten por igual la galaxia), Kelden Amadiro, el líder del partido globalista (que aboga por la supremacía de Aurora y quiere que ella sea quien conquiste la galaxia, con ayuda de los humaniformes cuyo secreto Fastolfe no ha querido revelar) y fundador del Instituto de Robótica (organismo creado para descubrir ese secreto), Rutilan Horder, el presidente de la asamblea reguladora de Aurora, y, bueno a casi todo aurorano con el que se cruzó.
Poco a poco y como es costumbre, Elijah va desenredando el asunto, preguntando aquí, indagando alla, obstinado y terco va saliendo a flote la verdad.
Amadiro desactivo a Jander.
En sus intentos por descubrir como construir humaniformes aprovechó el rechazo de Vasilia a Santirix Gremionis y su consecuente engatusamiento con Gladia, de manera que estos dos (Gladia y Gremionis) solían tomar paseos juntos en los cuales Amadiro aprovechava para analizar a Jander, de manera que en alguna prueba fue desactivado sin querer.
De ahí sigue toda una serie de audacias mentales increíbles por parte del agente Elijah, un amorío con Gladia, los traumas sexuales de Vasilia, la visión de Amadiro, la visión de Fastolfe, la ingenuidad de Gremionis, la dureza, pero justa, del Presidente, el sabotaje del vehículo en el que viajaba Baley y sus ayudantes (Daneel y Giskard, un robot normal), los espacios abiertos, la comida aurorana, en fin, todo aquello que hace que una novela sea interesante y que nunca falta en las de Asimov.
Baley resuelve el acertijo, acorrala a Amadiro en audiencia con el Presidente y Fastolfe al punto del colapso nervioso (y de cólera), y logra que Aurora apoye tecnológicamente a la Tierra para que sea esta quien se lanze a la galaxia, que Fastolfe se convierta próximamente en líder del Instituto de Amadiro y por si fuera poco, ser promovido al regresar a la Tierra. Sin contar ser el único terrícola en haber tenido un amorío con una espacial. Todo esto en una demostración de ingenio detectivesto del mas alto nivel, cortesía como no podía ser de otra manera del ingenio sin par de Asimov.
El Presidente le da las gracias (acto sin precedentes) al terrícola, Fastolfe le da las gracias, Gladia le da las gracias, Elijah le da las Gracias a Giskard (por rescatarlo en lo del sabotaje), y todo esta listo para su retorno a la Tierra.
Pero… (y es que siempre hay un pero en las novelas de Asimov), Baley le pide a Giskard que se sienten en el jardín a platicar.
Y resulta que además de todo, Elijah ha adivinado que Giskard puede leer las mentes. ¿Cómo? Bueno, no sería exactamente el mejor de los detectives a quien solicitan a cada rato en los mundos espaciales si no adivinara cosas ¿o si?
Pasa que Vasilia en su juventud y antes de convertirse en roboticista de profesión, jugaba a reprogramar a Giskard (recordar que Vasilia es hija de Fastolfe y vivía en su establecimiento, lo cual era anormal, y que Giskard es robot de Fastolfe), y en una de esas la reprogramada dió como resultado que Giskard pudiese leer las mentes de un modo rudimentario, y mas aún, pudiese afectarlas, cambiarlas ligeramente, de modo que se hiciera su voluntad, la cual al estar regida por la 1ra ley tiene por objetivo el bienestar humano, y ¿que mejor manera de saber lo que es mejor para alguién que leerle la mente?
Giskard no lo niega, y explica a petición de Baley el por que el desactivó a Jander (situación que también adivinó este). Lo hizo para que Amadiro no obtuviera la manera de construir humaniformes, para que no fuera Aurora quien conquistara la galaxia y decayera toda en mundos como ella misma, que languidecen en el lujo de sus vidas larguísimas y tranquilas, para que fuese la Tierra quien saliera y mandara a sus hijos de vidas cortas y fundaran el Imperio Galáctico.
Claro que previó que le echarían todos la culpa a Fastolfe, pero también fue gracias a el que Gladia le sugirió a Fastolfe que trajeran al terrícola, este le sugirió al Presidente lo mismo y este último a la asamblea. Resultando todo en que al final se llevaron a cabo los planes de Giskard y Daneel con perfección, gracias a la astucia e ingenio del detective.
Giskard le pregunta si puede despedirse de el y le tiende la mano en el gesto mas humano que Elijah ha visto jamás en el robot.
¡Uff, la de enredos con las aventuras de Elijah Baley!
-Adiós… amigo Giskard.
-Adiós, amigo Elijah, y recuerde que, aunque haya gente que aplique esta frase a Aurora, a partir de este instante la Tierra es el auténtico mundo del amanecer.
Todo esta puesto para que la Tierra conquiste el espacio (gracias a todo lo anterior y al movimiento que Baley ha puesto en marcha desde el final de las dos novelas anteriores orientado a acostumbrar a la población a las afueras (de las ciudades) para cuando llegue el momento estén listos de salir al espacio y a otros mundos), el Imperio Galáctico, si bien milenios en el futuro, cada vez esta mas cercano, y poco a poco vamos notando la importancia de Daneel en todo esto, aunque ahora fue Giskard quien se llevó los laureles.
Como cualquier otra de la saga del Imperio Galáctico y las Fundaciones, es una excelente novela, escrita con la cabeza, entretenida, intrigante, divertida, ingeniosa… con el sello de Isaac Asimov en cada capítulo.
Es de notar que gracias a la extraña capacidad de Giskard, es a este a quien se le ocurre la creación de una ciencia que permita analizar a la humanidad como un todo, como un individuo y no como un concepto abstracto, de manera que un robot pueda aplicar la primera ley a ella, y no verse obligado a dar preferencia al individuo aún en detrimento de la humanidad. Le mete esta idea a Fastolfe y toma el nombre de Psicohistoria… La cual será importantísima en las novelas posteriores.
Una vez mas:
Por cierto, para los que hayan jugado Knights of the Old Republic de Star Wars, Solaria se me figura un poco a Dantooine y su Jedi Enclave.
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