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I Am Legend de Richard Matheson es una pequeñísima novela de vampiros de 1954, situada en el futuro de entonces (1976-1979), tan solo 70 hojas carta. Casi ni merece ser llamada novela, para los estándares de hoy.
En esta ocasión, los vampiros son resultado de una plaga, una bacteria que causa vampirismo en vivos y muertos. Los vampiros son iguales que en todos lados, pero tal vez un poco mas tontos. Después de todo, la bacteria cambia el tejido en los muertos para que puedan seguir por ahí dando lata.
Robert Neville es un sobreviviente por pura casualidad, en algún momento en Panamá, un murciélago que había mordido a un vampiro lo mordió a el, y el desarrolló inmunidad. Vive fortificado en su casa, solo sale de día (y cuando no esta nublado) por provisiones, gasolina, y lo necesario para seguir subsistiendo. Su vida es una monotonía, una rutina espantosa. De día llevar a los vampiros que se mataron entre ellos por la noche, ir por lo necesario, regresar y componer su fortificación de los ataques de la noche anterior. Comer y emborracharse, el pobre diablo consume cantidades preocupantes de whisky.
De noche también debe soportar los gritos y llamados que le hacen los vampiros, las invitaciones lascivas de las mujeres vampiras a que salga… y el no ha estado con una mujer en muchos años. En ocasiones casi cede, pero en el último momento logra recuperar la razón.
Cuando la plaga se comenzó a propagar, la ley dictaba que los muertos fueran quemados en un gran pozo común, los cementerios estaban guardados por militares que mataban a tiros a todo aquel que quisiera enterrar a los suyos. Su hija Kathy le fue arrebatada y tirada ahí. Su esposa Virginia también sucumbió a la enfermedad, pero el se reusó a quemarla, la enterro en un lote baldío… solo para que esa misma noche ella regresara a querer chuparle la sangre.
Así paso mucho tiempo, en el que se dedicó con todas sus fuerzas a entender la enfermedad, se procuró microscopios, información, libros, vacunas, y muchos vampiros vivos y muertos para esto. Al final sabía casi todo lo que había que saber sobre esta. Los vampiros muertos no se morían al recibir balazos por que la bacteria generaba un líquido viscoso inmediatamente, que envolvía las balas e impedía el paso del aire. Las estacas mataban por que impedían la formación rápida de ese líquido y dejaban entrar aire, con lo que la bacteria cambiaba y prácticamente consumía el cuerpo del huésped. Bastaba con cortarles las muñecas.
Los vampiros muertos mas bien parecen zombies, con poca inteligencia. Mientras que los vampiros vivos retienen mucha de su anterior lucidez, pero no toda. No han sido capaces de penetrar su fortaleza/casa.
Y un buen día se encuentra un perro, un perro vivo. Invierte muchísimo tiempo en hacerse amigo del animal, le deja comida en su porche, lo llama, lo alienta a acercarse… Toda su vida gira ahora en torno al perro.
Justo cuando cree que esta a punto de poder acariciarlo, desaparece por tres días, regresa desaliñado, flaco, medio muerto de hambre. Lo atrapa al fin y lo mete a su casa, el perro esta enfermo. Lo han podido infectar. Y muere.
En vez de sumirse en una depresión profunda, sale de ella, al morir todas sus esperanzas se da cuenta que solo le queda salir del abismo en el que se encuentra. Se dedica con ahínco a sus estudios. Y esta convencido de que es el último de los hombres, por lo menos en esa zona.
Entonces, ocurre lo impensable, un día en sus viajes por provisiones divisa a una mujer, a plena luz del sol… la llama, ella se espanta, la persigue… la lleva a su casa. Ruth. Desconfía, cree que esta infectada, ella razona con el, debate sus argumentos, lo convenze de que no es una de ellos. Tienen un momento íntimo, se besan, se abrazan. Decide hacer pruebas con su sangre en ese instante (en vez de en la mañana como habían acordado), en lo que mira al microscopio ella lo abate con una maza, dos, tres mazazos. Te dije que no miraras Robert. Te lo advertí.
Despierta con un terrible dolor, recuerda lo que paso, una nota, es una carta. Ruth le explica que es una de ellas, es una espía, que el ya lo sabía al mirar por el microscopio. Es una vampira viva. Ellos fundarán una nueva sociedad, se dedican a destruir a los vampiros muertos y a coformar su nueva sociedad sin humanos. Pueden andar bajo el sol gracias a unas pastillas que han descubierto recientemente, con una droga y sangre de algún tipo. Están decididos a matarlo, el no cabe en la nueva sociedad. Por eso ella trata de advertirle, lo urge a que huya, en ese mismo instante, ya que los suyos no tendrán piedad. En ese momento, cuando se abrazaron y besaron, ella le quería.
Llega la noche, los vampiros vivos llegan en autos oscuros, con armas de alto calibre, matan a todos los vampiros muertos que andan por ahí (incluído el némesis personal de Robert, su vecino Ben Cortman, que noche a noche le grita que salga) y el espera tranquilo, hasta que tiran sus puertas a balazos y hachazos, se da cuenta entonces que desean terminar con su vida, dispara, le disparan…
Despierta encerrado con un terrible dolor en el pecho, y una venda sanginolenta en el mismo. Ella le ofrece agua, le pregunta por que no huyó, por que no le hizo caso, por que no le creyó. El le dice que si le creyó, que incluso preparó sus cosas, pero que no pudo hacerlo, estaba demasiado acostumbrado a su casa, a su fortaleza.
Una muchedumbre de vampiros vivos aguarda afuera. Te van a ejecutar. Mira sus caras, llenas de temor, terror, odio… y entonces lo entiende. El es el único, el es el anormal en una sociedad de anormales. La normalidad viene dictada por mayorías. El es el que no encaja. El ha diezmado su población, ha matado infinidad de vampiros, es un monstruo a sus ojos, es un ser abobinable, aborrecible y despreciable, y temible. En el mundo anterior, los vampiros eran una leyenda.
Ahora EL es la leyenda.
La novela merece 5 estrellas, pero es demasiado corta, muchísimo. Así que te deja con un sabor insuficiente. Por eso le doy 4.5.
Es muy buena, te narra la caída del hombre, el desmoronamiento de sus creencias, su vida se reduce a sobrevivir. Incluso cuando encuentra a la mujer, desearía no haberlo hecho, debido a que se sale demasiado de su rutina. Lo mejor es el final, sin ninguna duda (y vaya que pocas novelas tienen el clímax al final), cuando entrevees una sociedad de vampiros en la que el, el hombre, es el que sobra. Los cuentos de los vampiros hablan de el, del hombre que los caza y mata en cuanta oportunidad tiene. De el hay que librarse. Por tanto la novela adquiere otra dimensión que se sale de su brevedad. Te imaginas la misma pero ahora narrada por los vampiros, con tono de mito… con miedo, contada a susurros. Te imaginas a los vampiros contando la leyenda del monstruo. La leyenda del último hombre.
Ya ha sido llevada al cine (sin gran éxito) en dos ocasiones: The Last Man on Earth y The Omega Man. Películas inspiradas por esta novela han sido: Night of the Living Dead, Night of the Comet y 28 Days Later y hay que estar pendientes, por que en 2007 saldrá una nueva versión, tal vez estelarizada por Will Smith, dirigida por Francis Lawrence (Constantine): Tonight, He Comes.