Un médico alemán, Samuel Hahnemann “desarrolló y perfeccionó” la homeopatía en el silgo 18. A finales de los 1700 desarrolló su “Ley de los Similares”, que supuestamente dice que los síntomas de una enfermedad pueden curarse por increíblemente pequeñas cantidades de sustancias que produzcan los mismos síntomas en personas sanas cuando se administran en grandes cantidades. Homeopatía viene del griego homoios, similar, y pathos, enfermedad.
La Homeopatía es una filosofía vitalista, en que se cree las enfermedades son causadas por un disturbio en la supuesta fuerza vital, y esta fuerza vital tiene la propiedad de ser capaz de reaccionar y adaptarse a causas internas y externas. Esto es llamado la “Ley de Susceptibilidad”, que dice que, por ejemplo, un estado mental negativo puede atraer enfermedades a través de entidades llamadas “miasmas” que nos invaden y producen los síntomas y enfermedades.
Ahora, ya tenemos que es un método viejísimo, pasado de moda, y sin ninguna ciencia de fondo, veamos como es que “funciona”.
La producción de tratamientos es llamada “potentización” en la que el remedio es diluido en alcohol o agua y agitado vigorosamente, proceso conocido como sucusión. Los homeópatas se creen que la energía vital de la sustancia diluida es activada y liberada gracias al agitado anterior. Y los sólidos insolubles, como quarzo y concha de ostra, son molidos con lactosa.
Todo esto está muy bien, si es que se quiere jugar al alquimista, pero la cosa se pone retrasada cuando nos damos cuenta de la escala de potencias usada en homeopatía. Hahnemann creó la escala centesimal “C”, que implica diluir la sustancia original por un factor de 100 cada vez. Así, una dilusión 2C quiere decir que la sustancia fue diluida una parte en cien, y luego otra vez una parte del resultante en cien. Esto, evidentemente, resulta en una parte del original mezclado en 9,999 partes del diluyente.
6C es lo mismo pero seis veces, con lo que acabamos con la materia original diluida por un factor de 1,000,000,000,000, ó 100 a la 6. Y como Hahnemann creía que grandes cantidades de la “droga” solo agravarían la enfermedad, la idea era diluir lo más posible. Entonces, en homeopatía una sustancia que está más diluida se dice que tiene una “potencia mayor”. Potencias mayores (sustancias más diluidas) son consideradas más fuertes y de efectos superiores para curar la enfermedad.
Hahnemann recomendaba diluir por 30C. Esto es, 10 a la 60.
Consideremos un litro de una sustancia 12C, este contendrá en promedio 0.602 moléculas de la sustancia original, por litro. En una 15C el chance de encontrar una molécula original es de una en 1.7 millones.
En 30C es de una en 10 a la 36 (1.7 trillones de trillones de trillones).
La homeopatía no está soportada por ninguna investigación científica. Diluir al extremo las sustancias normalmente deja absolutamente nada del ingrediente activo en el producto final. La idea de que cualquier efecto biológico pueda ser producido por estos preparados es inconsistente con la bien conocida y observada relación dosis-respuesta de las drogas convencionales. La razón dada de que “el agua contiene la memoria o vibración del ingrediente diluido” está en contra de las leyes de la química y física. Se llega a que cualquier resultado positivo causado por remedios homeopáticos se debe en exclusiva al efecto placebo. Además, la homeopatía es inherentemente peligrosa, pues los homeópatas ofrecen esperanzas falsas a sus pacientes, y les impiden recibir tratamientos apropiados.
Pero regresemos al diluismo. Como la menor cantidad posible de una sustancia es una molécula, en nuestra solución de 30C tendríamos que tener al menos una molécula del componente original disuelta en mínimo 1,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,
000,000,000,000,000 moléculas de agua. Esto requiere un recipiente de más de 30,000,000,000 veces el tamaño de la Tierra. ¿Ridículo escucho? No, ridícula es la creencia de que algo tan disuelto, al grado de contener absolutamente nada de la sustancia original, te curará de algo.
La cita original por el médico Robert L. Park, antiguo director ejecutivo de la American Physical Society:
Since the least amount of a substance in a solution is one molecule, a 30C solution would have to have at least one molecule of the original substance dissolved in a minimum of 1,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,
000,000,000,000,000,000 molecules of water. This would require a container more than 30,000,000,000 times the size of the Earth.
Las leyes de la química ponen un límite a la dilución que puede hacerse sin perder la sustancia original del todo, este límite, que está relacionado a la constante de Avogadro, equivale más o menos a potencias de 12C.
Incluso Hahnemann se dio cuenta de esto, pero creía que la agitación vigorosa en cada paso de la dilución dejaba una escencia espíritu, que no era perceptible a los sentidos, que curaba al revivir la fuerza vital del cuerpo. Los homeópatas modernos aseguran que aún cuando la última molécula desaparece, queda la “memoria” de la sustancia original. Esta noción, sobra decir, no tiene ningún fundamento. Peor aún, si fuera cierta, cada sustancia encontrada por el agua a su paso dejaría esta “esencia” que nos provocaría poderosos e impredecibles malestares y efectos “medicinales”. Muy igual a la astronomía, y el por qué no nos afectan los planetas que aún no descubrimos, en nuestro mismo sistema solar y en las estrellas ajenas.
¿Queda claro? La homeopatía “funciona” al disolver una sustancia (que de entrada no te curará, sino que te producirá síntomas similares a los de tu enfermedad) al grado de que virtualmente ninguna molécula queda en lo que te tomas. Ni que decir de esos “espíritus” y “memorias” que quedan “impregnadas” en el agua de lo que fue la sustancia origen. Tampoco aquello de la “fuerza vital” y la “energía” del cuerpo tienen la menor validez, ya no digamos sentido.
Este es un caso más de falta de pensamiento crítico, exceso de fe, y poco raciocinio. Acabo de ver un documental sobre la Calavera Maldita de Cristal, en el NatGeo, y después de que fue demostrado que la calavera fue tallada con herramientas modernas, los creyentes insisten que esto solo prueba la alta tecnología usada para su creación, más no desmiente el hecho de que sea una obra encontrada en una pirámide Maya, regalo de los alienígenas. Esto es, si alguien insiste en creer sinsentidos, pues pase lo que pase y en contra de todas las pruebas del mundo, lo seguirá creyendo. Exactamente lo mismo pasa con la astrología y homeopatía. Eso es motivo de lástima por el estado mental y cultural de los que se creen todo esto, y también de mucha risa, pues los creyentes siempre acusan a los científicos de “mentes cerradas, herméticas y seguidores del consumismo”…
Fuentes:
Homeopatía en la wikipedia.
Homeopathy Debunked.
Artículos en The Lancet, de un estudio que comparaba alopatía, homeopatía y placebo.
Homeopathy: The Ultimate Fake.
Efecto Placebo.