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He decidido hacer una compilación de las razas malditas que infestan nuestras cuidades, esos de los que uno se cuida día a día, seres del inframundo que han decidido hacernos la vida imposible. Así que, sin mas, las razas de mierda:
Microbuseros.
De 17 a 25 años.
Complexión delgada a gorda, directamente proporcional a la edad.
Raza maldita que conduce los micros del transporte público, no saben hablar excepto cuando va su chalán junto a ellos, y entonces lo hacen en dialectos que nadie comprende. Son los reyes de los cafres, no saben manejar, avientan el micro por todos los carriles sin la menor precaución, y encima le van gritando al pasaje que “pásele pa’tras“. No tienen cultura, no saben leer, le van al América, toman cerveza en formato caguama, fuman Malboro (no Marlboro). En definitiva es la raza mas inculta de todas, y ciertamente de las mas peligrosas. Si eres chica guapa, o por lo menos con buen trasero, debes cuidarte especialmente de ellos, pues al subirte al micro te tirarán improperios y ninguno de los pasajeros te defenderá. Si manejas debes tener el doble de cuidado, pues no saben para que son los espejos y creen que con sacar la manita todo mundo debe comprender que invadirán el carril.
La actitud recomendada es la total indiferencia, pero con precaución. Al pagarles hay que procurar que sea con cambio, pues si no pueden enfurecerse y se ha sabido que le avientan el dinero a la cara a las personas. Al bajar, definitivamente por la puerta trasera, pero si no queda de otra, por la delantera lo mas rápido que se pueda y sin darles las gracias. Esa raza maldita no entiende de agradecimientos.
Taxistas.
De cualquier edad.
Todas las complexiones.
Raza maldita que no es tan inculta como la anterior, si bien solamente por que platican con “el pasaje” y por tanto se enteran de algunas cosas que suceden ahí afuera.
No saben para que son las líneas pintadas en el pavimento, especialmente si tienen VW Sedán, irán de un carril a otro para infarto del auto de atrás. Cuando chocan inventan los pretextos mas inverosímiles de manera que ellos no tengan la culpa. Son una verdadera plaga y superan a los demás vehículos en proporciones bíblicas. Le van a las Chivas, al América y al Cruz Azul. Casi no fuman dentro de su taxi, algunos tienen bafles gigantescos en el piso (los sedanes sobre todo), el parabrisas se encuentra obstruido por multitud de elementos, y lo mas seguro es que sean piratas.
Lo mejor es hablarles en tono conocedor, indicarles con firmeza el camino a seguir, y no aceptar sus sugerencias de rutas alternas. Demostrarles que uno es el que manda, eso siempre funciona con las perras razas malditas.
Mamis en Minivan.
26 a 38 años.
Delgaditas, ropa deportiva, y por lo general bastante guapas.
Esta es la raza maldita mas guapa de todas, chicas lindas con gafas de sol y pants Nike, Reebok y Adidas pegaditos. Tenis de correr. Pueden ser observadas de 8.30 a 10am, que es el horario en que salen todas en masa a dejar a sus hijos a la escuela, por lo general cerca de sus casas. También de 1.30 a 3pm cuando los van a recoger.
El problema con esta raza de tipas, es que a pesar de tener los espejos retrovisores mas grandes de la madre naturaleza, no tienen idea de como se usen, como no sea apuntarlos hacia ellas mismas para maquillarse. Circulan con gran lentitud, por lo general hablando por celular, invaden carril y medio, jamás voltean a los espejos, hacen caso omiso de los cláxons de los demás y no tienen sentido cívico. Su especie va en aumento.
El trato con ellas es inexistente, pues de entrada creen que el mundo no las merece. Se recomienda cuidado extremo al rebasarlas pues no se sabe cuando decidirán cambiar de carril.
Tranchos.
35 a 45 años.
Gordos cheleros memeleros.
Los tránsitos o tamarindos. Esta raza maldita no abunda, pero como jode. Si te topas con uno de ellos, lo mejor es huir de inmediato. Tienen sus guaridas en lo mas oculto de los espacios a donde tus espejos no llegan. Sus cuotas de manutención pueden llegar hasta los $200, aunque por lo general se conforman con $50 e incluso $20. Se ha sabido de casos en los que los muy muertos de hambre aceptan tortas ya mordidas. No saben leer, ni escribir, ni hablar, y con trabajos gesticular. Son morenazos llenos de grasa, hasta por la cara les escurre. Las únicas ocasiones en que se les puede ver, es cuando están tragando tortas, memelas, o caldos. Por que si no son invisibles, hasta que te caen encima. Se puede decir que son parientes de los ladrones, pues no trabajan, hurtan.
No se recomienda ningún tipo de contacto con esta raza puerca del mal, de hecho lo mejor es mantener 100 metros, de menos, entre ellos y uno.
Limpiaparabrisas.
15 a 25 años.
Delgados muertos de hambre drogadictos.
Raza de ladrones reformados que salen de la nada y están sobre tu parabrisas antes de que puedas quejarte. Cuando logras verlos acercarse, cosa difícil debido a su color de piel, que se mimetiza con el pavimento, ya están aventándo su chorro de jabón maldito sobre tu auto, y por mas que les digas que no, no entenderán.
Es necesario ser enérgico con esta raza de perros, y para que entiendan se deben usar frases como “¡Dije que no, carajo!” viéndolos a los ojos y haciendo gestos con las manos. Entonces se retirarán como hienas, pero dejarán tu auto lleno de sus excrecencias, ni te molestes en pedirles que lo limpien pues pueden decidir que les va mejor de asaltantes.
Escolapios.
12 a 18 años.
Pequeños mugrosos.
Raza maldita que pulula en las horas de la mañana, cuando se supone deberían estar metidos en clase están fuera de sus escuelas invadiendo la cinta asfáltica. Dependen de su cantidad, cruzan la calle donde les pega la gana, independientemente del tráfico, pues como son muchos, uno no puede atropellarlos a todos. Los chavos no se bañan, tienen la cara sucia, se visten con harapos y todos usan iPods. Las chicas tampoco se bañan, se les ve la tanga salir del jeans, cuando traen jeans, por que siempre traen pants, usan todos los colores y tienen celulares con reproductor mp3. Por lo general te voltean a ver y te gritan cosas como “Oye, ¿me das ride?” y “¡aquí estoy galán!“.
Esta raza no es peligrosa y se espanta fácilmente, basta un par de acelerones o tallar un poquito los neumáticos. Las vueltas de gangster funcionan particularmente bien para limpiar una cuadra completa de estos rapaces.
El “Mai”
32 a 48 años.
Gordos, saludables, grasientos.
El “Mai” es cualquier taquero, no importa: pastor, oriental, bisté, etc. Esta raza es la única recomendable, uno debe toparse con ellos tanto y tan seguido como sea posible, de manera que el Mai ya te ubique y no le tengas que pedir las cosas, te las de automáticamente después de un “¿lo de siempre güerito?” lo que causará la envidia de los demás comensales que buscan el favor del Mai. Y es que siendo amigo del Mai, tus tacos tendrán mayor contenido proteínico, entiéndase mas carne. El Mai tiene sus achichincles, el de los chescos, el de las salsas, y la que cobra, y una vez que gozas del visto bueno del Mai, estos achichincles te atenderán como rey. Entonces, y solo entonces, es cuando el Mai se ha ganado que le digas “güero” con lo cual se consuma el odio y admiración hacia tu persona de los demás comensales, pues se notará que eres cliente.
Cuando estás en tu puesto de tacos predilecto, llegarán todas las demás razas malditas, es el punto de reunión, pero aquí no hay peligro, pues todos se convierten en “güeritos” y predominará la sana convivencia alrededor del trompo de carne, como si estas razas malditas pudieran convivir en armonía… Desafortunadamente esto durá hasta que te vas y te das cuenta que el naco taxista se estaciono pegadito a ti, y te tienes que trepar a tu auto por la puerta del copiloto, la mami de la minivan esta estorbando a todos y le tienes que ir a decir que se mueva, y el microbusero dejó su unidá de manera que tus espejos no sirven, todo lo que ves por ellos es el micro.
La única raza maldita que es lo bastante maldita para no integrarse, son los tranchos, estos siempre comen en la ventana de su patrulla, y jamás se acercarán mas que por salsa, a lo cual te piden “compermiso” con el mayor respeto posible, pues hipócritamente tratan de ocultar su malditez racial.
Con esas razas malditas tenemos, aunque se me ocurren algunas otras pero no tan interesantes, salvo la mejor opinión del lector, que tendrá seguramente sugerencias…
Y como ya sugirió Master Zen:
El “Viene Viene”
18 a 22 años.
Delgados, larguiruchos, harapientos con franelas rojas.
Aquí no estamos hablando del “viene viene” de estacionamiento, que normalmente es un guardia de seguridad contratado por la empresa. Sino de sus primos, los “viene viene” amateurs.
Estos chavales que te dicen “aquí se lo cuido” y pretenden en muchas ocasiones cobrarte por anticipado (osease, antes de haberte cuidado el coche). Dependiendo del lugar, la cuota puede llegar hasta los $40. Estos hacen su negocio cobrándote por usar un espacio público, que nadie debería cobrarte.
Pero cuidado y no les des su lana, por que misteriosamente desaparecerán tus espejos (si bien te va).
Hay también los “viene viene” de oficina. Esos que laboran fuera de las grandes empresas y además de cuidarte tu coche, lo lavan de vez en cuando, de manera que a la cuota obligada, hay que pagar la lavada.
Su modus operandi es clásico: una vez divisas el espacio para estacionarte y comienzas la complicada maniobra, aparecen en pares o tríos, salidos de la nada, todos silbando “viene viene” al mismo tiempo y estorbándote mas que ayudarte. Ni bien has bajado del vehículo te espetan “lo molesto con X pesos mi joven“, pues si, si es una jodida molestia pagar por espacios gratuitos.
Raza maldita hasta cierto punto inofensiva (nada mas fácil que buscar otro lugar para estacionarse) pero que ha tenido un éxito directamente proporcional a las ventas de autos.